Una banda de ladrones logra robar un total de 14 vehículos profesionales -los objetivos eran furgonetas, minibuses y taxis- en Gales aprovechando las vulnerabilidades que ofrece su sistema de entrada sin llave de los mismos. Roban los vehículos para después exigir un rescate a sus dueños; en caso de no pagarlo, los afectados saben que perderán más dinero debido al tiempo que dejan de llevar a cabo su actividad laboral.